Nuestro cuerpo es el producto de nuestros pensamientos. La ciencia médica está empezando a comprender el grado en que los pensamientos y emociones determinan la salud de nuestro cuerpo. Se ha descubierto que la mente humana es el factor principal para sanar, a veces mayor que la medicación.
Todos conocemos el efecto placebo. Un placebo es algo que supuestamente no tiene ningún efecto o repercusión en el cuerpo, como una pastilla de azúcar. Sin embargo, le dices al paciente que es muy eficaz y lo que sucede es que a veces el placebo tiene el mismo efecto, o incluso más, que la medicación que supuestamente ha sido diseñada para tal efecto.
Sin embargo, si padeces una enfermedad grave y optas por solo investigar cual ha sido el factor psicológico que te la ha provocado, en lugar de utilizar la medicina clásica, es posible que ello te cause la muerte. Evidentemente es aconsejable que tomes medicación a la vez que indagas en la causa psicológica. En ningún caso se debe renegar de la medicina. A la par, nuestra labor mental consiste en pensar en la salud perfecta.
Cuando se investiga las causas de muchas de las enfermedades, siempre se llega a un mismo origen: el estrés. El mismo surge de un pensamiento negativo, un pensamiento que no hemos tenido en cuenta, y que luego ha atraído cada vez más pensamientos afines, hasta que se manifiesta el estrés.
La pregunta más frecuente es: cuando una persona ha manifestado una enfermedad, ¿es posible invertir ese proceso a través del poder del pensamiento “correcto”? La respuesta es un sí rotundo.
Por eso, no importa lo que hayas manifestado, ten en cuenta que puedes cambiarlo con un pequeño pensamiento positivo. El amor y la gratitud disolverán toda la negatividad de nuestras vidas. El amor y la gratitud pueden disolver cualquier enfermedad.
Todos conocemos el efecto placebo. Un placebo es algo que supuestamente no tiene ningún efecto o repercusión en el cuerpo, como una pastilla de azúcar. Sin embargo, le dices al paciente que es muy eficaz y lo que sucede es que a veces el placebo tiene el mismo efecto, o incluso más, que la medicación que supuestamente ha sido diseñada para tal efecto.
Sin embargo, si padeces una enfermedad grave y optas por solo investigar cual ha sido el factor psicológico que te la ha provocado, en lugar de utilizar la medicina clásica, es posible que ello te cause la muerte. Evidentemente es aconsejable que tomes medicación a la vez que indagas en la causa psicológica. En ningún caso se debe renegar de la medicina. A la par, nuestra labor mental consiste en pensar en la salud perfecta.
Cuando se investiga las causas de muchas de las enfermedades, siempre se llega a un mismo origen: el estrés. El mismo surge de un pensamiento negativo, un pensamiento que no hemos tenido en cuenta, y que luego ha atraído cada vez más pensamientos afines, hasta que se manifiesta el estrés.
La pregunta más frecuente es: cuando una persona ha manifestado una enfermedad, ¿es posible invertir ese proceso a través del poder del pensamiento “correcto”? La respuesta es un sí rotundo.
Por eso, no importa lo que hayas manifestado, ten en cuenta que puedes cambiarlo con un pequeño pensamiento positivo. El amor y la gratitud disolverán toda la negatividad de nuestras vidas. El amor y la gratitud pueden disolver cualquier enfermedad.
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