Ten pensamientos de perfección. La enfermedad no puede existir en un cuerpo que tiene pensamientos armoniosos. Sé consciente de que sólo hay perfección, y cuando observas la perfección has de invocarla en tí.
Los pensamientos imperfectos son la causa de todos los males de la humanidad, incluida la enfermedad, la pobreza y la infelicidad. Cuando tenemos pensamientos negativos nos estamos privando de la herencia que nos pertenece por derecho propio.
¿Sabías que las creencias sobre el envejecimiento están en nuestra mente? La ciencia explica que nuestro cuerpo se regenera por completo en muy poco tiempo. El envejecimiento es el pensamiento limitado, de modo que libera esos pensamientos de tu conciencia y piensa que tu cuerpo sólo tiene unos meses, por más cumpleaños que hayas tachado en tu calendario. Por desgracia, la sociedad occidental tiene una fijación con la edad, aunque en realidad ésta no existe.
Puedes pensar tu camino hacia un estado de salud perfecto, el cuerpo perfecto, el peso perfecto y la juventud eterna. Puedes hacer que se manifieste, pensando coherentemente en la perfección.
Si padeces una enfermedad, te estás enfocando en ella y le hablas a la gente de la misma, vas a crear más enfermedad en tus células. Visualízate viviendo en un cuerpo perfectamente sano. Deja que el médico cuide de tu enfermedad.
Las personas que padecen una enfermedad suelen hablar de ella todo el tiempo. Si te encuentras un poco mal, no hables de ello, a menos que quieras más. Sé consciente de que tu pensamiento ha sido el responsable de ese estado y repite todas las veces que puedas “Me siento de maravilla”.
Si no te encuentras muy bien y alguien te pregunta ¿qué tal estás?, agradece que esa persona te haya recordado tus pensamientos de sentirte bien. Habla sólo de lo que quieres.
No puedes enfermarte a menos que creas que puedes, y pensar eso supone invitar con tu pensamiento a que así sea. También al escucharla a las personas hablar de su enfermedad estás prestando toda tu atención a la misma, y cuando prestas toda tu atención a algo, lo estás invocando.
Cuando las personas están totalmente enfocadas en lo que está mal y en sus síntomas, los perpetúan. La sanación no se producirá hasta que cambien su enfoque, de estar enfermas a estar bien. Eso se debe a la ley de atracción.
Pensamientos más felices conducen a una bioquímica más feliz. La felicidad es un sentimiento de estado del ser.
No has de luchar para vencer una enfermedad. El sencillo proceso de dejar ir los pensamientos negativos permitirá que emerja tu estado de salud natural.
Recuerda que el tiempo y el tamaño no existen en el Universo. El proceso es el mismo, la diferencia está en nuestra mente. De modo que si has atraído algún tipo de aflicción redúcela en tu mente al tamaño de un grano, libera todos los pensamientos negativos y luego enfócate en la salud perfecta.
Los pensamientos imperfectos son la causa de todos los males de la humanidad, incluida la enfermedad, la pobreza y la infelicidad. Cuando tenemos pensamientos negativos nos estamos privando de la herencia que nos pertenece por derecho propio.
¿Sabías que las creencias sobre el envejecimiento están en nuestra mente? La ciencia explica que nuestro cuerpo se regenera por completo en muy poco tiempo. El envejecimiento es el pensamiento limitado, de modo que libera esos pensamientos de tu conciencia y piensa que tu cuerpo sólo tiene unos meses, por más cumpleaños que hayas tachado en tu calendario. Por desgracia, la sociedad occidental tiene una fijación con la edad, aunque en realidad ésta no existe.
Puedes pensar tu camino hacia un estado de salud perfecto, el cuerpo perfecto, el peso perfecto y la juventud eterna. Puedes hacer que se manifieste, pensando coherentemente en la perfección.
Si padeces una enfermedad, te estás enfocando en ella y le hablas a la gente de la misma, vas a crear más enfermedad en tus células. Visualízate viviendo en un cuerpo perfectamente sano. Deja que el médico cuide de tu enfermedad.
Las personas que padecen una enfermedad suelen hablar de ella todo el tiempo. Si te encuentras un poco mal, no hables de ello, a menos que quieras más. Sé consciente de que tu pensamiento ha sido el responsable de ese estado y repite todas las veces que puedas “Me siento de maravilla”.
Si no te encuentras muy bien y alguien te pregunta ¿qué tal estás?, agradece que esa persona te haya recordado tus pensamientos de sentirte bien. Habla sólo de lo que quieres.
No puedes enfermarte a menos que creas que puedes, y pensar eso supone invitar con tu pensamiento a que así sea. También al escucharla a las personas hablar de su enfermedad estás prestando toda tu atención a la misma, y cuando prestas toda tu atención a algo, lo estás invocando.
Cuando las personas están totalmente enfocadas en lo que está mal y en sus síntomas, los perpetúan. La sanación no se producirá hasta que cambien su enfoque, de estar enfermas a estar bien. Eso se debe a la ley de atracción.
Pensamientos más felices conducen a una bioquímica más feliz. La felicidad es un sentimiento de estado del ser.
No has de luchar para vencer una enfermedad. El sencillo proceso de dejar ir los pensamientos negativos permitirá que emerja tu estado de salud natural.
Recuerda que el tiempo y el tamaño no existen en el Universo. El proceso es el mismo, la diferencia está en nuestra mente. De modo que si has atraído algún tipo de aflicción redúcela en tu mente al tamaño de un grano, libera todos los pensamientos negativos y luego enfócate en la salud perfecta.
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