Hace un año mi vida se había desmoronado. Estaba exhausta, mi padre murió repentinamente y mis relaciones con mis compañeros de trabajo y mis seres queridos eran desastrosas. Poco podía imaginarme por aquel entonces que de toda esa desesperación llegaría el más grande de los regalos...
Tuve una fugaz revelación de un Gran Secreto: El Secreto de la vida. Esa fugaz revelación me llegó gracias a un libro centenario que me regaló mi hija Hayley. Empecé a buscar los orígenes de El Secreto en la historia. No podía creer que hubiera tantas personas que lo conocieran. Eran algunos de los personajes más grandes de la humanidad: Platón, Shakespeare, Newton, Víctor Hugo, Beethoven, Lincoln, Emerson, Edison, Einstein...
Todavía incrédula pregunté: « ¿Por qué no es de dominio publico?» Me consumía un ardiente deseo de compartir El Secreto con el mundo y empecé a buscar personas que lo conocieran.
Entonces, empezaron a aparecer una tras una. Yo era como un imán: cuando empecé a buscar, los grandes maestros vivos fueron apareciendo sucesivamente. Cuando descubría a un maestro, éste me conducía al siguiente, en un encadenamiento perfecto. Si en algún momento me desviaba del camino, siempre había algo que captaba mi atención y gracias a esa desviación aparecía el siguiente gran maestro. Si «accidentalmente» clicqueaba el link incorrecto en una búsqueda en Internet, eso me conducía a una información vital. En unas pocas semanas había seguido la pista de El Secreto retrocediendo varios siglos en la línea del tiempo y había descubierto a sus practicantes actuales.
La idea de desvelar El Secreto al mundo por medio de un film documental se había afianzado en mi mente y en los dos meses siguientes mi equipo de producción y realización aprendió El Secreto. Era imprescindible que todos los miembros lo conocieran, porque sin conocerlo, lo que pretendíamos era imposible.
No teníamos garantizada la participación en el film de ninguno de los maestros, pero conocíamos El Secreto y con una gran fe viajé de Australia a Estados Unidos donde residían la mayoría. A las siete semanas de nuestra llegada habíamos filmado a cincuenta y cinco grandes maestros de todo el país y teníamos más de ciento veinte horas de documental. En cada paso que dábamos, en cada respiración, utilizamos El Secreto para crear El Secreto. Literalmente atrajimos a todas las cosas y personas hacia nosotros. Ocho meses después se estrenó El Secreto.
Mientras el documental arrastraba por el mundo, empezaron a surgir historias de milagros: la gente nos escribía contándonos casos de sanación de dolores crónicos, de depresión y de otras enfermedades; de volver a caminar después de un accidente e incluso de recuperarse después de haber estado en el umbral de la muerte. Nos han llegado cientos de relatos de personas que han utilizado El Secreto para amasar grandes fortunas y que han recibido cheques inesperados por correo. La gente ha aplicado el conocimiento de El Secreto para manifestar sus deseos sobre hogares perfectos, parejas, coches, trabajos y ascensos. También hay muchos casos de negocios que han sufrido transformaciones en cuestión de días tras haberlo aplicado. Se sabe de conmovedores casos de relaciones conflictivas ―con niños implicados― en los que se ha restaurado la armonía.
Algunas de las historias más espléndidas que hemos recopilado son de niños que han utilizado El Secreto para atraer lo que deseaban, incluyendo buenas notas y amigos. El Secreto ha inspirado a algunos médicos a compartir su conocimiento con sus pacientes; a que universidades y escuelas hicieran lo mismo con sus alumnos, a que iglesias y centros espirituales de todos los credos lo compartieran con sus seguidores. Ahora se celebran reuniones de El Secreto en hogares de todo el mundo, a medida que las personas van compartiendo este conocimiento con sus seres queridos y familiares. El Secreto se ha utilizado para atraer todo tipo de cosas, desde un estado de humor específico hasta diez millones de dólares. Todo esto ha tenido lugar en unos pocos meses desde que se estrenó el documental.
Mi intención al crear El Secreto era ―y es― aportar felicidad a millones de personas en todo el mundo. El equipo de El Secreto experimenta el fruto de esa intención todos los días, puesto que recibimos antes y miles de cartas de personas del mundo entero, de todas las edades, razas y nacionalidades, expresando gratitud por la dicha que les ha aportado El Secreto. No hay nada que no puedas hacer con este conocimiento. No importa quién seas o lo que hagas, El Secreto puede darte todo lo que quieras.
Veinticuatro maestros asombrosos protagonizan este libro. Grabamos sus palabras en Estados Unidos, en diferentes lugares y momentos, sin embargo, todos hablan como una sola voz. Este libro contiene las palabras de los maestros de El Secreto y también las milagrosas historias de El Secreto en acción. Comparto contigo todos los caminos sencillos, consejos y atajos que he aprendido para que puedas vivir la vida de tus sueños.
A lo largo del libro observarás que algunas veces las palabras «Tú» y «Ti» están escritas con mayúsculas. La razón es porque quiero que tú, el lector, sientas y sepas que he creado este libro para ti. Cuando digo «Tú», te estoy hablando personalmente. Lo que quiero es que te sientas personalmente conectado con estas páginas, porque El Secreto ha sido creado para Ti.
Conforme vayas leyendo y aprendas El Secreto, descubrirás cómo puedes tener, ser o hacer todo lo que quieras. Sabrás quién eres realmente. Conocerás el verdadero esplendor que te espera.
Publicaciones Relacionadas:
Tuve una fugaz revelación de un Gran Secreto: El Secreto de la vida. Esa fugaz revelación me llegó gracias a un libro centenario que me regaló mi hija Hayley. Empecé a buscar los orígenes de El Secreto en la historia. No podía creer que hubiera tantas personas que lo conocieran. Eran algunos de los personajes más grandes de la humanidad: Platón, Shakespeare, Newton, Víctor Hugo, Beethoven, Lincoln, Emerson, Edison, Einstein...
Todavía incrédula pregunté: « ¿Por qué no es de dominio publico?» Me consumía un ardiente deseo de compartir El Secreto con el mundo y empecé a buscar personas que lo conocieran.
Entonces, empezaron a aparecer una tras una. Yo era como un imán: cuando empecé a buscar, los grandes maestros vivos fueron apareciendo sucesivamente. Cuando descubría a un maestro, éste me conducía al siguiente, en un encadenamiento perfecto. Si en algún momento me desviaba del camino, siempre había algo que captaba mi atención y gracias a esa desviación aparecía el siguiente gran maestro. Si «accidentalmente» clicqueaba el link incorrecto en una búsqueda en Internet, eso me conducía a una información vital. En unas pocas semanas había seguido la pista de El Secreto retrocediendo varios siglos en la línea del tiempo y había descubierto a sus practicantes actuales.
La idea de desvelar El Secreto al mundo por medio de un film documental se había afianzado en mi mente y en los dos meses siguientes mi equipo de producción y realización aprendió El Secreto. Era imprescindible que todos los miembros lo conocieran, porque sin conocerlo, lo que pretendíamos era imposible.
No teníamos garantizada la participación en el film de ninguno de los maestros, pero conocíamos El Secreto y con una gran fe viajé de Australia a Estados Unidos donde residían la mayoría. A las siete semanas de nuestra llegada habíamos filmado a cincuenta y cinco grandes maestros de todo el país y teníamos más de ciento veinte horas de documental. En cada paso que dábamos, en cada respiración, utilizamos El Secreto para crear El Secreto. Literalmente atrajimos a todas las cosas y personas hacia nosotros. Ocho meses después se estrenó El Secreto.
Mientras el documental arrastraba por el mundo, empezaron a surgir historias de milagros: la gente nos escribía contándonos casos de sanación de dolores crónicos, de depresión y de otras enfermedades; de volver a caminar después de un accidente e incluso de recuperarse después de haber estado en el umbral de la muerte. Nos han llegado cientos de relatos de personas que han utilizado El Secreto para amasar grandes fortunas y que han recibido cheques inesperados por correo. La gente ha aplicado el conocimiento de El Secreto para manifestar sus deseos sobre hogares perfectos, parejas, coches, trabajos y ascensos. También hay muchos casos de negocios que han sufrido transformaciones en cuestión de días tras haberlo aplicado. Se sabe de conmovedores casos de relaciones conflictivas ―con niños implicados― en los que se ha restaurado la armonía.
Algunas de las historias más espléndidas que hemos recopilado son de niños que han utilizado El Secreto para atraer lo que deseaban, incluyendo buenas notas y amigos. El Secreto ha inspirado a algunos médicos a compartir su conocimiento con sus pacientes; a que universidades y escuelas hicieran lo mismo con sus alumnos, a que iglesias y centros espirituales de todos los credos lo compartieran con sus seguidores. Ahora se celebran reuniones de El Secreto en hogares de todo el mundo, a medida que las personas van compartiendo este conocimiento con sus seres queridos y familiares. El Secreto se ha utilizado para atraer todo tipo de cosas, desde un estado de humor específico hasta diez millones de dólares. Todo esto ha tenido lugar en unos pocos meses desde que se estrenó el documental.
Mi intención al crear El Secreto era ―y es― aportar felicidad a millones de personas en todo el mundo. El equipo de El Secreto experimenta el fruto de esa intención todos los días, puesto que recibimos antes y miles de cartas de personas del mundo entero, de todas las edades, razas y nacionalidades, expresando gratitud por la dicha que les ha aportado El Secreto. No hay nada que no puedas hacer con este conocimiento. No importa quién seas o lo que hagas, El Secreto puede darte todo lo que quieras.
Veinticuatro maestros asombrosos protagonizan este libro. Grabamos sus palabras en Estados Unidos, en diferentes lugares y momentos, sin embargo, todos hablan como una sola voz. Este libro contiene las palabras de los maestros de El Secreto y también las milagrosas historias de El Secreto en acción. Comparto contigo todos los caminos sencillos, consejos y atajos que he aprendido para que puedas vivir la vida de tus sueños.
A lo largo del libro observarás que algunas veces las palabras «Tú» y «Ti» están escritas con mayúsculas. La razón es porque quiero que tú, el lector, sientas y sepas que he creado este libro para ti. Cuando digo «Tú», te estoy hablando personalmente. Lo que quiero es que te sientas personalmente conectado con estas páginas, porque El Secreto ha sido creado para Ti.
Conforme vayas leyendo y aprendas El Secreto, descubrirás cómo puedes tener, ser o hacer todo lo que quieras. Sabrás quién eres realmente. Conocerás el verdadero esplendor que te espera.
Publicaciones Relacionadas:
No hay comentarios:
Publicar un comentario