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7 Técnicas de Relajación (0/7)

TÉCNICA PRELIMINAR Y RELAJACION

Adóptese, desde luego, una actitud cómoda, por ejemplo, sentado. Siéntese de manera que los pies descansen por completo en el suelo. Manténgase derecha la columna vertebral, los hombros naturalmente caldos, el pecho ligeramente encorvado y el abdomen hacia atrás. Las manos deben descansar sobre los muslos; los codos rozando las caderas, el dedo pulgar separado y hacia adentro y los demás dedos rectos y separados unos de otros.

Aspírese rápidamente por la nariz y de una manera más rápida expírese también por la nariz, como si se hiciera un gran suspiro, vuelva a aspirarse y expirarse en la misma forma durante seis o siete veces consecutivas y termínese con una expiración muy larga.

Mientras se efectúa esta larga expiración se procederá a la completa relajación del cuerpo y del cerebro; relájese en primer lugar el pie derecho, atrayendo por medio del poder de la voluntad la tensión nerviosa del mismo, hacia lo alto de la pierna y de allí hacia el centro de gravedad del cuerpo o sea hacia el corazón. Relájese de la misma manera la mano derecha. En seguida átense corto todas las ideas en el cerebro, toda preocupación, toda zozobra; déjese de pensar. Relájese la cara, el cogote, la garganta, las mandíbulas. La lengua debe descansar en el centro de la boca, la punta se apoyará ligeramente en los incisivos inferiores o bien se inclinará algo curvada hacia el paladar. Ténganse los labios cerrados y los dientes un poco separados. De la mano y del pie izquierdos atráigase la tensión nerviosa hacia el centro de gravedad. Relájense por último todas las vísceras a escepción del corazón, que es donde se recibirán todas las tensiones del cuerpo para repartirlas inmediatamente Todo lo que antecede debe sacerse en una sola expiración. Hasta que no se haga no se está en disposición de practicar el ejercicio de respiración rítmica. Veamos que se entiende por respiración rítmica.

Fijémonos en las mareas. Vemos que las aguas suben y bajan siguiendo siempre el mismo período regular.

En el universo todo procede de un movimiento ondulatorio y la respiración que establece el ligamento del individuo con Dios, es por si sola una ondulación, un flujo y reflujo, una marea de la que su onda rítmica es producida por la pulsación del corazón.

La aspiración debe durar siete pulsaciones (que vienen a ser aproximadamente siete segundos) y su ritmo ha de sostenerse sobre estas pulsaciones. Ello no debe dar lugar a ningún esfuerzo, a ningún choque. La retención del aire durará la mitad, tres o cuatro pulsaciones. La expiración será de siete pulsaciones después de una parada de tres o cuatro pulsaciones.


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