Si no puedes controlar tu estado emocional debes ser adicto a él
Si te encuentras experimentando y sintiendo ciertas emociones de forma diaria o frecuente, es una señal de que tu cuerpo ansia esas emociones - incluso las negativas como la ira, el dolor, los celos y la tristeza. Tu has condicionado tu cuerpo para estos péptidos, y cuando se priva de ellos, se le antoja más. Se convierten en adictos a estos péptidos, y la cosa con la adicción es que una vez que obtienes tu dosis, deseas otra más - y luego un poco más.
Volvamos a Juana y Juan
Juana trabaja en una oficina con mucha tensión y stress. Ella trabaja largas horas y está en una posición que no se adapta a sus talentos. Ella se siente frustrada día a día. Ella puede sentir cómo su jefe está decepcionado con ella.

Juana condiciona su cuerpo a estas emociones, y ellas están acostumbradas a recibir estos productos químicos todos los días. Así que Juana se enoja en su casa y en los fines de semana por cosas pequeñas, como los atascos de tráfico y diligencias caseras. Incluso Si Juana toma sus dos semanas de descanso para las vacaciones, ella aun se encuentra enojándose y poniéndose molesta por las cosas más pequeñas e insignificantes. Esto es porque su cuerpo está enviando un mensaje a su cerebro para darles de comer a estos productos químicos.
Debido a la fuerte y constante conexión que Juana ha creado a partir de sus experiencias, su cuerpo es adicto a la sensación de ira, y su cerebro hará todo lo posible para crear los productos químicos para alimentar a su cuerpo.
Juan, por otra parte se encuentra todavía en la escuela. Le va muy bien en los exámenes y obtiene las mejores
calificaciones. Así que cuando Juan piensa en la escuela, él piensa que en "éxito", que dispara a "progreso", que a su vez, enciende el concepto de "validación".
Las emociones, tanto positivas como negativas, son adictivas. Juan consigue a menudo la validación de su trabajo en la escuela como él siempre se sale con las mejores calificaciones, por lo que su cuerpo se vuelve
adicto a este producto químico. Porque Juan es adicto a la validación, también necesita obtener esta misma emoción en otras experiencias de su vida. Por eso, suele encontrarse a sí mismo siempre tratando de impresionar a todos y ser aprobado por sus colegas. Esto también lo ha llevado a algunas malas decisiones y errores.
Cuando el cuerpo de Juan no consigue los químicos que necesita (digamos que no me saco una A o el reconocimiento y la alabanza), su cerebro hará cualquier cosa para conseguir esta sensación de nuevo.
Fuente: Método Silva de Vida
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