Hay veces en las que no obtenemos las cosas que queremos. Y dado que claramente no estoy donde quiero estar, ¿cómo puede ser que seamos dirigidos hacia donde queremos ir?
Primero hay que realizar un chequeo del inventario. Posiblemente tienes más de lo que piensas, incluyendo eso mismo que quieres, sólo que no te das cuenta.
Otras veces, el deseo no viene a la realidad porque el Universo tiene alguna razón en particular. Hay circunstancias que están más allá de nuestro control, por nuestro bien.
En otras ocasiones, hay una situación intermedia, en donde a la persona se le ha entregado en sus manos el poder para cambiar su situación. Esa es la persona que alberga conflictos de deseos. Desea realmente una cosa, pero al mismo tiempo tiene un deseo que está en conflicto con eso. El segundo deseo puede ser inconsciente, pero crea una ambivalencia que reduce su foco, su energía y su habilidad para seguir la trayectoria.
Por ejemplo, una persona puede decir que desea ganar dinero, pero al mismo tiempo tiene una vocecita dentro que le dice que “el dinero es la raíz de todos los males”. De esta manera, se genera una batalla en su corazón cada vez que va a conquistar financieramente al mundo. Comienza con una energía tremenda, y luego obstaculiza el camino. De repente, “el dinero es la raíz de todos los males” resuena en su cabeza, ya sea conscientemente o no. “¿Por qué estoy desperdiciando mi tiempo?”, se dice a sí mismo. Por lo tanto renuncia.
El mismo conflicto puede existir en asuntos espirituales: quiere hacer el bien pero cree que los que hacen el bien son ingenuos, tontos y aburridos. O al mismo tiempo que quiere hacer el bien tiene un deseo por hacer algo malo. E incluso si gana la batalla, el costo puede ser la energía que necesitaba para lograr un avance real.
El corazón es equivalente a lo que quieres. Nacimos para querer lo que es bueno. Sin embargo, a medida que avanzamos en la vida podemos perder contacto con ese instinto natural.
Cuanto más puro sea el deseo del corazón, más posibilidades hay de que la persona tenga éxito. Cuanto más intenso es el anhelo, más posibilidades hay de alcanzar un logro.
Si tu corazón no lo desea realmente, seguramente no durará. Una persona es dirigida en la dirección de su deseo sólo cuando realmente lo desea en lo más hondo de su corazón. Si una persona tiene cosas que le impiden avanzar, eso puede ser una señal de que, en cierto sentido, no lo desea lo suficiente.
¿Qué puede hacer una persona así? Primeros Pasos
No hay respuestas simples, pero el punto de partida es la fe en el poder de los pasos pequeños. Un éxito lleva a otro éxito. Y ese éxito lleva a otro éxito. Eventualmente, se crea una masa crítica de éxitos y el gran avance ocurre de la nada.
Una leve mejoría en la dirección significa que no estás estático. Lo peor es quedarse en el mismo lugar. La definición de estar vivo es cambiar, moverse. No hay que desechar los cambios más pequeños. Al contrario, enfócate en los cambios pequeños. Esos son los que crearan un impulso en la dirección correcta.
Una vida entera de deseo por cosas incorrectas puede ser revertida con ese pequeño primer paso.
Si quieres profundizar sobre este tema, sigue leyendo nuestro artículo "¿Por qué No Atraigo lo que Quiero con la Ley de Atracción?"
Si quieres expandir tus conocimientos, lee "El Arte de Desear: ¿Cómo Materializar tus Deseos?"
Primero hay que realizar un chequeo del inventario. Posiblemente tienes más de lo que piensas, incluyendo eso mismo que quieres, sólo que no te das cuenta.
Otras veces, el deseo no viene a la realidad porque el Universo tiene alguna razón en particular. Hay circunstancias que están más allá de nuestro control, por nuestro bien.
En otras ocasiones, hay una situación intermedia, en donde a la persona se le ha entregado en sus manos el poder para cambiar su situación. Esa es la persona que alberga conflictos de deseos. Desea realmente una cosa, pero al mismo tiempo tiene un deseo que está en conflicto con eso. El segundo deseo puede ser inconsciente, pero crea una ambivalencia que reduce su foco, su energía y su habilidad para seguir la trayectoria.
Por ejemplo, una persona puede decir que desea ganar dinero, pero al mismo tiempo tiene una vocecita dentro que le dice que “el dinero es la raíz de todos los males”. De esta manera, se genera una batalla en su corazón cada vez que va a conquistar financieramente al mundo. Comienza con una energía tremenda, y luego obstaculiza el camino. De repente, “el dinero es la raíz de todos los males” resuena en su cabeza, ya sea conscientemente o no. “¿Por qué estoy desperdiciando mi tiempo?”, se dice a sí mismo. Por lo tanto renuncia.
El mismo conflicto puede existir en asuntos espirituales: quiere hacer el bien pero cree que los que hacen el bien son ingenuos, tontos y aburridos. O al mismo tiempo que quiere hacer el bien tiene un deseo por hacer algo malo. E incluso si gana la batalla, el costo puede ser la energía que necesitaba para lograr un avance real.
El corazón es equivalente a lo que quieres. Nacimos para querer lo que es bueno. Sin embargo, a medida que avanzamos en la vida podemos perder contacto con ese instinto natural.
Cuanto más puro sea el deseo del corazón, más posibilidades hay de que la persona tenga éxito. Cuanto más intenso es el anhelo, más posibilidades hay de alcanzar un logro.
Si tu corazón no lo desea realmente, seguramente no durará. Una persona es dirigida en la dirección de su deseo sólo cuando realmente lo desea en lo más hondo de su corazón. Si una persona tiene cosas que le impiden avanzar, eso puede ser una señal de que, en cierto sentido, no lo desea lo suficiente.
¿Qué puede hacer una persona así? Primeros Pasos
No hay respuestas simples, pero el punto de partida es la fe en el poder de los pasos pequeños. Un éxito lleva a otro éxito. Y ese éxito lleva a otro éxito. Eventualmente, se crea una masa crítica de éxitos y el gran avance ocurre de la nada.
Una leve mejoría en la dirección significa que no estás estático. Lo peor es quedarse en el mismo lugar. La definición de estar vivo es cambiar, moverse. No hay que desechar los cambios más pequeños. Al contrario, enfócate en los cambios pequeños. Esos son los que crearan un impulso en la dirección correcta.
Una vida entera de deseo por cosas incorrectas puede ser revertida con ese pequeño primer paso.
Si quieres profundizar sobre este tema, sigue leyendo nuestro artículo "¿Por qué No Atraigo lo que Quiero con la Ley de Atracción?"
Si quieres expandir tus conocimientos, lee "El Arte de Desear: ¿Cómo Materializar tus Deseos?"
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