Nuestros defectos o "yoes" de tipo psicológico (que se pueden identificar como los siete pecados capitales: ira, orgullo, lujuria, codicia, gula, pereza, envidia) se manifiestan inconscientemente a través de nuestras formas equivocadas de pensar, sentir y actuar.
Como son múltiples defectos, (cada defecto es como una persona dentro de nosotros mismos) ésto hace que de momento en momento seamos personas diferentes y por lo tanto llenos de terribles contradicciones.
Así, por un momento sentimos amor por alguien y en otro momento lo despreciamos; por un momento deseamos algo, pero al obtenerlo no nos interesa; en un instante somos apacibles y en otro momento nos tornamos violentos; etc.
Esos "yoes" o defectos al procesarse en nosotros, nos roban nuestras energías. No está mal desear algo, el conflicto interno viene cuando es sólo eso lo que buscamos en nuestras vidas y nos olvidamos de ayudar a los demás para concentrarnos en nosotros mismos.
Es por todo ésto, que el auto-conocimiento necesariamente comienza con una rigurosa observación de "sí mismo" ya que en otra forma sería imposible eliminar "yoes" o defectos que no conocemos y lo que es peor, muchas veces no aceptamos tener. Ésto de auto-observase exige por lo tanto un esfuerzo muy particular de cada uno de nosotros. Es un trabajo personal. Ningún ser humano puede hacer este trabajo por nosotros.
Sólo a través de una rigurosa observación psicológica de "sí mismo", podemos evidenciar la tremenda realidad de que generalmente no somos una misma persona, sino que a través de la inconsciencia de nuestra máquina humana se manifiestan muchos defectos o "yoes". Nuestra plena felicidad comienza a dar luz cuando unificamos estas partes y nos convertimos en uno solo, nos encontramos con nuestro verdadero yo.
La transformación psicológica es una posibilidad definida que se pierde cuando no trabajamos sobre "sí mismos". Cuando una persona comienza a observarse detenidamente a "sí mismo", a observar sus pensamientos, sentimientos, etc., es porque ha iniciado un trabajo serio sobre su naturaleza interior y más adelante comprenderá ese lema de la sabiduría antigua: "Cambia la naturaleza y hallarás lo que buscas".
Como son múltiples defectos, (cada defecto es como una persona dentro de nosotros mismos) ésto hace que de momento en momento seamos personas diferentes y por lo tanto llenos de terribles contradicciones.
Así, por un momento sentimos amor por alguien y en otro momento lo despreciamos; por un momento deseamos algo, pero al obtenerlo no nos interesa; en un instante somos apacibles y en otro momento nos tornamos violentos; etc.
Esos "yoes" o defectos al procesarse en nosotros, nos roban nuestras energías. No está mal desear algo, el conflicto interno viene cuando es sólo eso lo que buscamos en nuestras vidas y nos olvidamos de ayudar a los demás para concentrarnos en nosotros mismos.
Es por todo ésto, que el auto-conocimiento necesariamente comienza con una rigurosa observación de "sí mismo" ya que en otra forma sería imposible eliminar "yoes" o defectos que no conocemos y lo que es peor, muchas veces no aceptamos tener. Ésto de auto-observase exige por lo tanto un esfuerzo muy particular de cada uno de nosotros. Es un trabajo personal. Ningún ser humano puede hacer este trabajo por nosotros.
Sólo a través de una rigurosa observación psicológica de "sí mismo", podemos evidenciar la tremenda realidad de que generalmente no somos una misma persona, sino que a través de la inconsciencia de nuestra máquina humana se manifiestan muchos defectos o "yoes". Nuestra plena felicidad comienza a dar luz cuando unificamos estas partes y nos convertimos en uno solo, nos encontramos con nuestro verdadero yo.
La base del trabajo espiritual, del auto-conocimiento, comienza con una rigurosa observación de "sí mismo".
La transformación psicológica es una posibilidad definida que se pierde cuando no trabajamos sobre "sí mismos". Cuando una persona comienza a observarse detenidamente a "sí mismo", a observar sus pensamientos, sentimientos, etc., es porque ha iniciado un trabajo serio sobre su naturaleza interior y más adelante comprenderá ese lema de la sabiduría antigua: "Cambia la naturaleza y hallarás lo que buscas".
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