
Solemos estar tan ensimismados en nuestra rutina y en nuestro “pequeño entorno”, que nos olvidamos de la magia que nos rodea. ¿Nunca te has puesto a pensar en cómo se formó el Universo? La ciencia habla del ya famoso Big Bang, aquella hipotética explosión que dio origen a todo. Pero… ¿y antes de eso? La teoría cuántica nos dice hoy en día que no existía nada, ni siquiera el tiempo ni el espacio. ¿Pero podemos comprender esto? Claro que no, de tan solo pensarlo nos desquiciamos. Nuestra mente es aún muy pequeña para comprender todo ese misterio. No estamos preparados para saberlo, no al menos en esta vida terrenal.
Otros misterios: ¿Pensaste alguna vez acerca del origen de la vida? ¿No crees que todo es muy mágico? Solo piénsalo un momento: de algo tan mínimo surge algo tan grande. ¿No te parece increíble?
Por otro lado, pensemos en el agua, elemento fundamental para la vida. ¿No te parece que su consistencia es asombrosa? Trasparente y con volumen, pero sin embargo penetrable, aunque también puede mantener a flote un barco. También pensemos en el aire que respiramos, los hermosos paisajes y animales con los que contamos. ¿No te parece todo increíble?

Un mito popular dice que los seres humanos solo usamos el 10% de nuestro cerebro. A pesar de que esta teoría fue rotundamente desestimada por los neurólogos (asegurando que se usa el 100%), es importante destacar que gran parte de este porcentaje es utilizado en funciones inconscientes, generalmente ligadas a lo motriz o lo conductual. Por otro lado, el punto no es el porcentaje cerebral utilizado sino el cómo se lo utiliza. El control mental no es algo que todos desarrollemos. Algunos ni siquiera pueden entender que eso sea cierto, viven sus vidas tan dominados por su parte inconsciente que no pueden verlo.
Nuestras generaciones están haciendo el cambio. Estamos expandiendo las capacidades de nuestra mente. Nuevas generaciones futuras gozarán de nuestro esfuerzo. No olvidemos nunca que todo en el universo está en constante desarrollo. Nada es estanco, todo muta. Está en nosotros evolucionar en vez de lo contrario.
Volviendo a la Ley de Atracción, es importante recordar –básicamente- que nuestro cerebro funciona con energía. Nuestras neuronas la transmiten entre sí, pero también la liberan hacia el exterior. Esta energía emite frecuencias que se impregnan en cada elemento y ser que nos rodea.
Los estudios del Dr. Masaru Emoto demostraron cómo esas vibraciones modifican la forma de la molécula del agua, según el tipo de pensamiento que tengamos (positivo o negativo). Sabiendo que casi todo, en mayor o menor medida, está compuesto por agua, no es difícil entender cómo nuestros pensamientos moldean nuestro entorno y a nosotros mismo, y también hacer un primer acercamiento a la ley primera de Ley de Atracción –valga la redundancia-: “Lo semejante atrae lo semejante”. Funcionamos como antenas emisoras y receptoras: solicitando y recibiendo, así como también atendiendo y brindando. Sea algo positivo o negativo, la Ley de Atracción no hace diferencia. Actúa de esta forma, se mueve por el espacio a través de frecuencias que atraen a otras frecuencias similares. Está en nosotros desarrollar un mayor control sobre nuestros poderes de atracción y utilizarlos en forma positiva hacia nuestra vida.
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2 comentarios:
se me sigue complicando que semejante atrae semejante.. esa parte como que fluctua todavia, so me convence aun asi que se logra con ello.
me ha gustado mucho leerte , lo desarrollas de una forma que engancha.
salutes
PIENSO QUE ES SUMAMENTE INTERESANTE ,EL TEMA TRATADO Y ESTOY TOTALMENTE CONCIENTE DE QUE ES ASÍ.CREO Y AFIRMO ,QUE ESTOY AGRADECIDA DE HABER ENCONTRADO EL ESPACIO ,QUE RESPONDE AMIS EXPETATIVAS DE SABER MAS. GRACIAS, GRACIAS,GRACIAS¡¡¡
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